miércoles, 12 de diciembre de 2012

Caso Marita Veron: La sentencia de la vergüenza

Por: Cora M. Grevisse 
Mesa de Género, Proyecto Sur Pcia de Buenos Aires

La sentencia sobre el caso emblemático de Marita Verón indigna hasta los huesos. No por ello dejamos de ver el marco en que se produce esta decisión: la pérdida de estado parlamentario a las modificaciones que se realizaron a la Ley de Trata 26.364. Por ello sigue vigente la cuestionada figura del consentimiento , la cual, la victima mayor de 18 años debe probar el delito o sea la situación de esclavitud y de explotación “sin su consentimiento” , así como los medios comisivos con los cuales se cometió el delito.
Estas modificaciones si bien no tocan la raíz de una ley tan cuestionada por algunas organizaciones de DDHH y de mujeres feministas y abolicionistas, era un paso que se haya debatido y obtenido media sanción en el Senado con algunas modificaciones, sin embargo el 30 de noviembre volvió a foja cero ya que el oficialismo en Diputados fue postergó su tratamiento. 
Otro dato a tener presente es la fuerte avanzada reglamentarista, posición que sostienen desde Aníbal Fernández , hasta la CTA de Yaski con los dólares que la central recibe del exterior , para hacer lobby de que la prostitución “es un trabajo” donde el Estado controlaría , registrando y censando a las mujeres en estado de prostitución, por lo que los proxenetas se convertirían en exitosos empresarios, o para decirlo en pocas palabras se legalizaria un mercado que cosifica, explota y mercantiliza los cuerpos de mujeres, niñas y niños. Hoy en la Argentina este es un problema estructural , con un Estado cómplice, de este delito aberrante, que puede cometerse con tanta impunidad, facilitado por un entramado de complicidades que atraviesa a varios poderes que se benefician con el segundo negocio más lucrativo a nivel mundial: la trata de personas para la explotación sexual.
Nuestro país es un lugar de captación y recepción, según las provincias. Se calcula que desaparecen más de 700 mujeres / niñas por año, teniendo en cuenta solo los casos registrados. El 80 % de las mujeres que se encuentran en estado de prostitución fueron captadas a través del delito de trata en edades promedio de 14 años.
El pasado 6 y 7 de diciembre, en la Facultad de Humanidades de la UNLP , se realizaron las III Jornadas Nacionales Abolicionistas sobre Prostitución y Trata de Mujeres y Niñas/os. Recordamos una destacada ponencia que señalaba que en los últimos años se agravó en forma alarmante la trata de mujeres niñas y niños en nuestro país, producto de un modelo de continuidad neoliberal y que trae de arrastre las metodologías más violatorias de los derechos humanos en la última dictadura , la desaparición , tortura , medios coercitivos y traslado que posibilita sobre las victimas la de trata de mujeres niñas/niños para la explotación sexual. 
Sin lugar a dudas este avance impune de la injusticia refuerza una práctica que esta institucionalizada, la explotación de la prostitución ajena, que solo se puede permitir con un Estado cómplice y con el consumo masivo de los que hasta ahora están fuera de los cuestionamientos, los clientes o sea los prostituyentes.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La asignación por hijo y la inquebrantable condena

Por Silvana Melo    
Miércoles, 05 de Diciembre de 2012 09:51
Fuente: http://www.pelotadetrapo.org.ar

(APe).- Al menos un millón y medio de niños no alcanza la asignación por hijo (AUH), una de las principales medidas inclusivas decididas desde los años de fin de siglo de la Argentina. La génesis apresurada, falta de debate y sin aporte legislativo, impulsada por una necesidad política de supervivencia y de re apropiación de la agenda pública, hizo nacer a la asignación con fallas de origen claras y rotundas. Que no dinamitan su razón de ser ni la desestiman. Pero en su imperfección la colocan en el amplísimo outlet de las políticas sociales escasas, con profundos huecos en la realidad de la gente, con agujeros estructurales por donde se escapan los más débiles, por donde se caen los que ya están afuera.
Es decir: la asignación fue y es importante (por eso era la propuesta emergente y mucho más amplia de las organizaciones cuando se venía, inexorablemente, el desastre económico y social para los sectores populares en el país). Pero no alcanza. Porque la inflación creciente se devora la alimentación que nutre, porque las familias están mucho más fragmentadas y quebradas de lo que el Estado puede vislumbrar desde la torre donde miran los gobernantes, porque las drogas desactivan cualquier intento de amanecer y tuercen tantas veces el destino de esos 340 pesos, porque hay 170.000 chicos sin documentos, porque otros tantos no van a la escuela, porque si es sexto hijo ya no cobra, porque viven tan lejos que nadie llega, porque nacen en las tierritas que les quedaron a los pueblos originarios, porque vinieron de Bolivia, de Paraguay, de Perú, es decir no son de acá, aunque despierten, jueguen, sufran, tengan hambre y se duerman acá.
Un mes después de sufrir una durísima derrota en las legislativas de 2009, con el mismísimo Néstor Kirchner como candidato insignia, Cristina Fernández lanzó por decreto la AUH. Era imprescindible un golpe de efecto paralizador de una oposición triunfante pero que no sabía qué hacer con esa victoria. Y eligieron –ambos- una bandera cara a las organizaciones populares que volvía imposibles los planteos opositores. Pero fue escasa en monto (180 pesos iniciales que hoy son 340, en una admisión silenciosa de los niveles inflacionarios actuales), limitada en su llegada y destinada a suplantar la ausencia, en una porción de la gente que sigue superando el 40%, de las asignaciones familiares que cobran los trabajadores registrados.  En ese barrio heterodoxo conviven los hijos de padres desocupados, monotributistas, trabajadores domésticos, precarios e informales.
En total son 3 millones y medio de niños los que reciben la AUH, que se cobran siempre y cuando estén escolarizados y tengan asistencia sanitaria. El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) asegura que son 1.750.000 los chicos que no están cubiertos por ningún programa social y viven en la pobreza o la indigencia. Unicef es algo más piadoso: sostiene que son 1.500.000.
Los doce hijos de María Ovando son una fotografía brutal. El Estado los visibilizó únicamente cuando a ella se le murió su nena en brazos. No tenían documentos ni cobraban asignación y comían todos los días harina y grasa. A ella la encerraron un año y medio. Seguramente por ser culpable de vivir en Mado, el monte misionero donde los niños se mueren por desnutrición dos veces y media más que en el resto del país.
Cumplían todos los requisitos como para no cobrar la AUH: no iban a la escuela, no tenían documentos, vivían lejos de todo, tenían un hospital a 25 km, eran extremadamente pobres. Y más de 5.
Si el Estado decidiera que no sólo llegará con garras y balas a los confines de la gente –en Formosa, en Misiones, en Salta, en el conurbano- y decide estirar la mano con un dedal de ternura, posiblemente ese millón y medio de niños y niñas hijos de marías ovando jujeñas, correntinas, santiagueñas, de la Matanza, de José León Suárez, tucumanas, rionegrinas, no crecerían marcados a fuego por la condena de origen. Que no es el pecado de origen pero se le parece.
La asignación, que definitivamente no es universal, tiene que llegar a los niños que comen sólo harina y grasa porque su espíritu fundacional fue acabar con el hambre. Sin embargo no llega. Y allí donde arriba, lo hace desprovista, descarnada. Descontextualizada. Sin estructuras que ofrezcan programas por donde no se cuelen el abandono y la fatalidad (concebida como un destino que no puede torcerse). Entonces si el padre desapareció hace tiempo y consigue un trabajo registrado, la madre se verá desprovista de la asignación y a cargo de los niños. Si la mamá está devastada por el paco y no existe asistencia a la que ella pueda acceder, el dinero tendrá otro destino. No se trata de las simplificaciones perversas del tipo “la AUH irá a parar a las drogas y al bingo” (senador radical Ernesto Sanz) o “las morochitas que se embarazan para cobrar” (Miguel del Sel, ex candidato del Pro), que no hacen más que ofender desde el desprecio a las madres de nuestros chicos, criaturas ellas hasta hace minutos. Condenadas por herencia. Se trata de la voluntad real –o no- de reconstruir un tejido social apolillado por la devastación. Donde las drogas –las baratas, las que cortan las neuronas y la vida como botella rota- son protagonistas esenciales. Objetos de exterminio.
Y si el niño, a partir de la asignación, puede comer pero no existen políticas públicas destinadas a cambiar el rumbo de su fatalidad, la condena seguirá en pie. Inquebrantable.

domingo, 2 de diciembre de 2012

El “debate serio” de la publicidad pro minera

27/11/2012
Por Marcos Giorgetti
Fuente: http://www.plazademayo.com

La Cámara Argentina de Empresarios Mineros comenzó una campaña mediática exponiendo las virtudes de la minería a cielo abierto. ¿Qué hay de cierto en sus argumentos?
A mediados de febrero de 2012, mientras Famatina era noticia, Cristina Fernández de Kirchner pidió dar “una discusión responsable y en serio” sobre la calidad ambiental. “Hay que dar discusión responsable y en serio en el país. Exigir calidad ambiental pero con responsabilidad y seriedad sobre los planteos que se realizan, sin posiciones dogmáticas y cerradas que se resisten a cualquier matiz” dijo la mandataria.
A pocos meses de cumplirse un año de lo que manifestó en esa ocasión la presidente, esto es lo que va dejando el año de “debate serio”.
A principio de año, con en el punto máximo de discusión mediática sobre la mega minería y con distintos pueblos en las rutas manifestando su descontento, la Cámara Argentina Empresaria de Mineros sacó una serie de publicidades que aún se escuchan y ven en las distintas tandas de los programas de radio y televisión con mayor llegada. Esta es una recopilación de lo que dice en su spot publicitario la CAEM. ¿Qué aporta a la discusión sobre la minería a cielo abierto y en que medida escucha las acusaciones de las organizaciones sociales en contra de la explotación minera a gran escala?
Spot publicitario CAEM (Cámara Argentina Empresaria de Mineros):
Imaginar el mundo sin minería es imaginar:
-Una casa sin techos ni paredes.
-Un enfermero sin ambulancia.
-Un científico sin computadora.
-Un casamiento sin anillos.
-Una silla de ruedas sin ruedas.
-Un alumno sin anteojos.
-Una fabrica sin minerales.
Porque sin minerales no se podrían producir las cosas con las que vivimos todos los días. “Por una minería limpia, segura y sustentable”.
El argumento fuerte de la publicidad podría resumirse con el motivo “la minería es necesaria, no podemos vivir sin ella”. Una serie de premisas que redundan sobre un mismo sentido. Los elementos cotidianos que dejaríamos de tener en el caso de que no existiera la minería. Las afirmaciones que encontramos en la propaganda explican solo una cosa, la minería es importante.
“Por una minería limpia, segura y sustentable” sintetiza en el final la publicidad, pero: ¿Limpia cómo?, ¿segura bajo que parámetros? Y ¿sustentable para quienes? Lo único que nos deja en claro el spot es que hay materiales extraídos mediante la minería (en términos generales de extracción minera, no se hace mención a una forma en particular) y que son importantes para la vida cotidiana. El slogan está lejos de otorgarnos profundidad de análisis sobre el tema.
En el libro “15 mitos y realidades de la minería transnacional en la Argentina” el colectivo de organizaciones que suscriben a dicho ejemplar (Colectivo Voces en Alerta) denuncia distintos puntos de conflicto, el primer “mito” que menciona el libro se titula “Son fundamentalistas, están en contra todo tipo de minería”. Este artículo contrasta de lleno con el spot de CAEM, esto es lo que dicen desde las organizaciones:
Los puntos que discuten las organizaciones:
- La escala de explotación: mega minería metalífera hidro-química, orientada a gran escala a la extracción de oro, plata, cobre y otros minerales críticos estratégicos.
- El carácter transnacional de este tipo de extracción.
Extractos del libro:
No hay una única forma de extracción minera y tampoco las resistencias sociales se oponen a “todo tipo de minería” sino a un tipo específico de explotación: la minería transnacional a gran escala, mayormente practicada “a cielo abierto”.
El eje del debate no tiene nada que ver con la sal de mesa, la roca caliza para cal y cemento, la arena de y el ripio para la construcción, y muchos otros minerales no metalíferos explotados en nuestro país. No han sido una fuente generadora de conflictos como el caso que aquí sí nos ocupa (Ver Spot…: “Una casa sin techos ni paredes”).
Las formas de valoración y los usos dados a los distintos minerales, las formas de extraerlos, procesarlos y trabajarlos, dependen de los diferentes entornos culturales en los que se realizan.
Intentan discriminar que otras formas culturales de extracción minera son “arcaicas” y que la mega minería es “la evolución y el progreso”.
Por parte de los empresarios mineros el “debate serio” sólo alcanza una parte de la discusión. Después de esos acalorados meses a principio de año, la CAEM encaró la discusión sobre la minería inundando de spots publicitarios los programas políticos. El punto tratado en las publicidades fue contrastado en esta nota con la posición de las organizaciones sociales en el mito número 1 del libro. Cada uno podrá sacar sus conclusiones.
Por alguna razón no hay diálogo más allá de este contraste, una de las dos partes esta cercando el foco de la discusión. No hay diálogo, a la objeción que algunos plantean contra “la minería transnacional a gran escala, mayormente practicada “a cielo abierto” responden con la minería en su totalidad (frases como “Imaginar el mundo sin minería”). En términos retóricos una forma de metonimia o si se quiere de sinécdoque al revés, es decir “el todo para defender la parte”.Es más parecido a un diálogo oral entre sordos que una discusión.
Tengo los otros 14 puntos que plantea el libro “15 mitos y realidades de la minería transnacional en la Argentina” en la mano, me gustaría también poder contrastar cada uno de ellos pero tengo solo una versión de las cosas ya que las voces oficiales a favor de la explotación a gran escala no han abordado otros aspectos. Los sectores mineros, empresarios y funcionarios del gobierno competentes en el área luego del reclamo de “discusión seria y responsable” dejaron en manos del spot lo que querían comunicar al respecto.
El resto de la controversia brilla por su ausencia desde un costado por lo tanto esperaré a otro momento para poder seguir con los puntos que contiene el libro. La sensación que queda es que el “debate serio” esta limitado por una pata y no es precisamente la de las organizaciones sociales que se expresan en contra de la minería. Las posiciones dogmáticas en esta ocasión parecerían estar en otro lado.
Con cierta duda me animo a citar a Eduardo Galeano, en una nota que le realizaron los colegas de La Garganta Poderosa en su número de julio, dada su condición de intelectual y referente de las causas en América Latina pueden sus palabras llegar a ahondar el debate. Esto decía el autor de Las venas abiertas de América Latina: “En donde todavía veo que andamos medio lentos es en la necesaria comprensión de que los derechos humanos y los derechos de la naturaleza son dos nombres de la misma dignidad. O sea, en el fondo, son la misma cosa. Y digo que en eso andamos más lentos, porque algunos gobiernos más progresistas de la región, de los que más han hecho en la lucha de la injusticia y por los derechos humanos, tienen una política no muy clara, o para mi bastante equivocada, en lo que respecta a la defensa de los recursos naturales, como la minería a cielo abierto, y en la relación protección de la naturaleza en general, de la que formamos parte al fin y al cabo. Además venimos de cinco siglos de saqueos de los recursos naturales, siempre con la promesa que vamos a ser mañana prósperos, felices y todos millonarios. Y eso solo ha dejado nada más que agujeros, fantasmas, palacios vacíos, y miles y miles de muertos, en los socavones de las minas, o por la intoxicación derivada de las explotaciones más implacables”.