miércoles, 31 de marzo de 2010

Casa tomada (de Julio Cortazar)

Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la mas ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la limpieza por la mañana, levantándonos a las siete, y a eso de las once yo le dejaba a Irene las ultimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina. Almorzábamos al mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de unos platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y como nos bastábamos para mantenerla limpia. A veces llegábamos a creer que era ella la que no nos dejo casarnos. Irene rechazo dos pretendientes sin mayor motivo, a mi se me murió María Esther antes que llegáramos a comprometernos. Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealogía asentada por nuestros bisabuelos en nuestra casa. Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos primos se quedarían con la casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos; o mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.
Irene era una chica nacida para no molestar a nadie. Aparte de su actividad matinal se pasaba el resto del día tejiendo en el sofá de su dormitorio. No se porque tejía tanto, yo creo que las mujeres tejen cuando han encontrado en esa labor el gran pretexto para no hacer nada. Irene no era así, tejía cosas siempre necesarias, tricotas para el invierno, medias para mi, mañanitas y chalecos para ella. A veces tejía un chaleco y después lo destejía en un momento porque algo no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el montón de lana encrespada resistiéndose a perder su forma de algunas horas. Los sábados iba yo al centro a comprarle lana; Irene tenía fe en mi gusto, se complacía con los colores y nunca tuve que devolver madejas. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina.
Pero es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene, porque yo no tengo importancia. Me pregunto qué hubiera hecho Irene sin el tejido. Uno puede releer un libro, pero cuando un pullover está terminado no se puede repetirlo sin escándalo. Un día encontré el cajón de abajo de la cómoda de alcanfor lleno de pañoletas blancas, verdes, lila. Estaban con naftalina, apiladas como en una mercería; no tuve valor para preguntarle a Irene que pensaba hacer con ellas. No necesitábamos ganarnos la vida, todos los meses llegaba plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero a Irene solamente la entretenía el tejido, mostraba una destreza maravillosa y a mi se me iban las horas viéndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y una o dos canastillas en el suelo donde se agitaban constantemente los ovillos. Era hermoso.
Cómo no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte mas retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán con mayólica, y la puerta cancel daba al living. De manera que uno entraba por el zaguán, abría la cancel y pasaba al living; tenía a los lados las puertas de nuestros dormitorios, y al frente el pasillo que conducía a la parte mas retirada; avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y mas allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar a la izquierda justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo mas estrecho que llevaba a la cocina y el baño. Cuando la puerta estaba abierta advertía uno que la casa era muy grande; si no, daba la impresión de un departamento de los que se edifican ahora, apenas para moverse; Irene y yo vivíamos siempre en esta parte de la casa, casi nunca íbamos más allá de la puerta de roble, salvo para hacer la limpieza, pues es increíble como se junta tierra en los muebles. Buenos Aires será una ciudad limpia, pero eso lo debe a sus habitantes y no a otra cosa. Hay demasiada tierra en el aire, apenas sopla una ráfaga se palpa el polvo en los mármoles de las consolas y entre los rombos de las carpetas de macramé; da trabajo sacarlo bien con plumero, vuela y se suspende en el aire, un momento después se deposita de nuevo en los muebles y los pianos.
Lo recordaré siempre con claridad porque fue simple y sin circunstancias inútiles. Irene estaba tejiendo en su dormitorio, eran las ocho de la noche y de repente se me ocurrió poner al fuego la pavita del mate. Fui por el pasillo hasta enfrentar la entornada puerta de roble, y daba la vuelta al codo que llevaba a la cocina cuando escuché algo en el comedor o en la biblioteca. El sonido venia impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de conversación. También lo oí, al mismo tiempo o un segundo después, en el fondo del pasillo que traía desde aquellas piezas hasta la puerta. Me tire contra la pared antes de que fuera demasiado tarde, la cerré de golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y además corrí el gran cerrojo para más seguridad.
Fui a la cocina, calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a Irene:
-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado parte del fondo.
Dejó caer el tejido y me miró con sus graves ojos cansados.
-¿Estás seguro?
Asentí.
-Entonces -dijo recogiendo las agujas- tendremos que vivir en este lado.
Yo cebaba el mate con mucho cuidado, pero ella tardó un rato en reanudar su labor. Me acuerdo que me tejía un chaleco gris; a mi me gustaba ese chaleco.
Los primeros días nos pareció penoso porque ambos habíamos dejado en la parte tomada muchas cosas que queríamos. Mis libros de literatura francesa, por ejemplo, estaban todos en la biblioteca. Irene pensó en una botella de Hesperidina de muchos años. Con frecuencia (pero esto solamente sucedió los primeros días) cerrábamos algún cajón de las cómodas y nos mirábamos con tristeza.
-No está aquí.
Y era una cosa mas de todo lo que habíamos perdido al otro lado de la casa.
Pero también tuvimos ventajas. La limpieza se simplificó tanto que aun levantándose tardísimo, a las nueve y media por ejemplo, no daban las once y ya estábamos de brazos cruzados. Irene se acostumbró a ir conmigo a la cocina y ayudarme a preparar el almuerzo. Lo pensamos bien, y se decidió esto: mientras yo preparaba el almuerza, Irene cocinaría platos para comer fríos de noche. Nos alegramos porque siempre resultaba molesto tener que abandonar los dormitorios al atardecer y ponerse a cocinar. Ahora nos bastaba con la mesa en el dormitorio de Irene y las fuentes de comida fiambre.
Irene estaba contenta porque le quedaba mas tiempo para tejer. Yo andaba un poco perdido a causa de los libros, pero por no afligir a mi hermana me puse a revisar la colección de estampillas de papa, y eso me sirvió para matar el tiempo. Nos divertíamos mucho, cada uno en sus cosas, casi siempre reunidos en el dormitorio de Irene que era más cómodo. A veces Irene decía:
-Fijate este punto que se me ha ocurrido. ¿No da un dibujo de trébol?
Un rato después era yo el que le ponía ante los ojos un cuadradito de papel para que viese el mérito de algún sello de Eupen y Malmédy. Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar.
(Cuando Irene soñaba en alta voz yo me desvelaba en seguida. Nunca pude habituarme a esa voz de estatua o papagayo, voz que viene de los sueños y no de la garganta. Irene decía que mis sueños consistían en grandes sacudones que a veces hacían caer el cobertor. Nuestros dormitorios tenían el living de por medio, pero de noche se escuchaba cualquier cosa en la casa. Nos oíamos respirar, toser, presentíamos el ademán que conduce a la llave del velador, los mutuos y frecuentes insomnios.
Aparte de eso todo estaba callado en la casa. De día eran los rumores domésticos, el roce metálico de las agujas de tejer, un crujido al pasar las hojas del álbum filatélico. La puerta de roble, creo haberlo dicho, era maciza. En la cocina y el baño, que quedaban tocando la parte tomada, nos poníamos a hablar en vos mas alta o Irene cantaba canciones de cuna. En una cocina hay demasiados ruidos de loza y vidrios para que otros sonidos irrumpan en ella. Muy pocas veces permitíamos allí el silencio, pero cuando tornábamos a los dormitorios y al living, entonces la casa se ponía callada y a media luz, hasta pisábamos despacio para no molestarnos. Yo creo que era por eso que de noche, cuando Irene empezaba a soñar en alta voz, me desvelaba en seguida.)
Es casi repetir lo mismo salvo las consecuencias. De noche siento sed, y antes de acostarnos le dije a Irene que iba hasta la cocina a servirme un vaso de agua. Desde la puerta del dormitorio (ella tejía) oí ruido en la cocina; tal vez en la cocina o tal vez en el baño porque el codo del pasillo apagaba el sonido. A Irene le llamo la atención mi brusca manera de detenerme, y vino a mi lado sin decir palabra. Nos quedamos escuchando los ruidos, notando claramente que eran de este lado de la puerta de roble, en la cocina y el baño, o en el pasillo mismo donde empezaba el codo casi al lado nuestro.
No nos miramos siquiera. Apreté el brazo de Irene y la hice correr conmigo hasta la puerta cancel, sin volvernos hacia atrás. Los ruidos se oían mas fuerte pero siempre sordos, a espaldas nuestras. Cerré de un golpe la cancel y nos quedamos en el zaguán. Ahora no se oía nada.
-Han tomado esta parte -dijo Irene. El tejido le colgaba de las manos y las hebras iban hasta la cancel y se perdían debajo. Cuando vio que los ovillos habían quedado del otro lado, soltó el tejido sin mirarlo.
-¿Tuviste tiempo de traer alguna cosa? -le pregunté inútilmente.
-No, nada.
Estábamos con lo puesto. Me acordé de los quince mil pesos en el armario de mi dormitorio. Ya era tarde ahora.
Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada.

sábado, 27 de marzo de 2010

teamcry

° Otoño °
- Una copa de aguardiente - "Estos Celos - Vicente Fernández" - El olor a 4 personas - El calor infernal, y la sensación de que ese calor infinito te está atrofiando el cerebro - "Uncertainty, Ungodly Hour, Unsaid - The fray" - Una puerta, de una casa, en un barrio, en un sitio x - Unas baldosas.. de un piso que hace casi un año y medio en-te-ri-to no piso - Un columpio - El color de ese cielo - 66 - 127 - 45 - 14 - 146 - 26 - 60 - Sensaciones de vacío, ausencia y un nudo en la garganta que te arranca todo lo que eres - Una persona que ya está en otro espacio, en otro mundo.. probablemente mucho mejor que este - Una carta - Un pedazo de tela - Unas fotos - Dos blogs; uno que se me perdió con el tiempo y hace más de un año no visito.. otro que todavía anda por ahí - Intentar respirar y sentir que el aire te falta, que la almohada ya no ahoga tus gritos.. porque la voz ya no te alcanza - "Peter Pan - El canto del Loco" - Los cristales estrellándose en tu cabeza - "Plane Crash Dreams - Paramore" Esas y muchas más son las extrañas cosas que me recuerdan la palabra pasado.. Alguna vez sentiste que vives vidas.. (como el gato de las siete vidas) y que probablemente estás en la 3 o 4, ... el problema es cuando no recuerdas casi nada de las anteriores. Como si borraran tu memoria. Te aferraste a esta vida con tanta fuerza, que no queda ni rastro de las otras.. El corazón es lo suficientemente débil, tanto.. que se cansa.. y termina olvidando todo lo que alguna vez ha sido enmarcado con esas dos sílabas (do-lor).. se cansa de pelear.. Tanto, que se harta y crece lleno de curitas y canciones para dormir. Tanto.. que tristemente se olvida de aquellos a quien dijo querer bien bien en el fondo..
P.D 1 Veo que varías “princesas” andan comentándome últimamente, por lo que me ha surgido una duda.. no sé muy bien porque me escriben refiriéndose a mi como una más. Y no es que me moleste, pero si me gustaría dejarlo claro.. yo NO soy princesa ni nada que se le parezca.. muuuy lejos de ir por esos caminos.. si se molestan por ese hecho y no quieren volver a pasar, lo entenderé.. de lo contrario aquí son bien recibidas. De hecho siempre me paso por ciertos blogs con el ánimo de leerlos y encontrar nuevas historias, no porque me sienta exactamente identificada con esas situaciones.. un abrazo.
P.D 2 Maratón de Skins me tiene solo un poco.. "solo un poquito" trastornada.
http://fragilteamcry.blogspot.com

jueves, 25 de marzo de 2010

Primer viaje latinoamericano del Che (1952)

En 1952 Ernesto Guevara realizó con Alberto Granado el primero de sus dos viajes internacionales por América. Salieron el 4 de enero de 1952, desde San Francisco, Córdoba en la moto de Granado, llamada la Poderosa II. El viaje duró nueve meses y luego de pasar por Buenos Aires, Miramar y Bariloche, entraron a Chile por el bello Lago Esmeralda. En Chile pasaron por Osorno, Valdivia, Temuco y Santiago donde dejaron la moto definitivamente averiada. Se dirigieron al puerto de Valparaíso desde donde viajaron como polizones en un buque carguero hasta Antofagasta. Desde allí por tierra, principalmente en camiones, visitaron la gigantesca mina de cobre de Chuquicamata para dirigirse luego a la frontera con Perú, subiendo la cordillera por la provincia de Tarata, en la región de Tacna, hasta al Lago Titicaca. En abril llegaron al Cusco, la antigua capital de Imperio inca. Visitaron las ciudades incaicas del Valle Sagrado de los Incas y Machu Pichu y luego partieron hacia Abancay, capital de la Región Apurímac, donde visitaron el leprosario de Huambo, cerca de la ciudad de Andahuaylas.
El 1 de mayo de 1952 arribaron a Lima donde establecieron una estrecha relación con el médico "Hugo Pesce", conocido especialista en lepra, discípulo de José Carlos Mariátegui y dirigente del Partido Comunista Peruano, que influiría decisivamente en las decisiones de vida que adoptaría Guevara. De allí se dirigieron a Pucallpa donde se embarcaron hacia Iquitos y se instalaron para colaborar con el leprosario de San Pablo a las orilla del río Amazonas, donde médicos y pacientes les regalaron una balsa llamada "Mambo-Tango" para continuar su viaje navegando el río aguas abajo. En la balsa llegaron hasta la población fronteriza colombiana de Leticia, donde se desempeñaron como entrenadores del equipo de fútbol del pueblo. Volaron en hidroavión a Bogotá y allí se alojaron en las instalaciones de la ciudad universitaria de la Universidad Nacional de Colombia y su hospital, el San Juan de Dios. En ese momento, Colombia atravesaba la época de La Violencia, donde fueron arrestados pero prontamente liberados. En bus se dirigieron a Caracas, capital de Venezuela, donde Granado obtuvo empleo en un leprosario por recomendación de Pesce. Ernesto, por su parte, debía terminar sus estudios, por lo que decidió volver, utilizando un avión de carga de un familiar que hacía escala previa en Miami, donde trabajó de empleado doméstico de una azafata y lavaplatos en un restaurante. El 31 de julio de 1952 volvió a Buenos Aires.
Tanto Guevara como Granado realizaron diarios de viaje, mundialmente conocidos como "Diarios de motocicleta", en los cuales se basó la película de Walter Salles de 2004, que relata este periplo. Para ambos el viaje significó un contacto directo con los sectores sociales más relegados y explotados de América Latina. Para Ernesto Guevara resultó importante para comenzar a definir sus ideas y sentimientos sobre las graves desigualdades sociales latinoamericanas, el papel de los Estados Unidos y cuales podrían ser las soluciones. La influencia del médico Hugo Pesce sobre Ernesto fue muy grande, tanto por su visión mariateguista del marxismo, que replanteaba el papel de los indígenas y campesinos en los cambios sociales en América Latina, como por el ejemplo personal de vida como médico dedicado a los problemas de salud de los pobres y marginados. Al publicar su primer libro, La guerra de guerrillas, el Che Guevara le envió un ejemplar dedicado a Pesce diciéndole que le reconocía haber provocado "un gran cambio en mi actitud frente a la vida".
Una muestra de esas primeras ideas las expuso el 14 de junio de 1952, cuando cumplía 24 años, y el personal del leprosario de San Pablo le ofreció una fiesta. Guevara anotó sus impresiones de ese día bajo el título de "El día de San Guevara", y cuenta haber dicho las siguientes palabras a sus anfitriones:
Creemos, y después de este viaje más firmemente que antes, que la división de América en nacionalidades inciertas e ilusorias es completamente ficticia. Constituimos una sola raza mestiza, que desde México hasta el estrecho de Magallanes presenta notables similitudes etnográficas. Por eso, tratando de quitarme toda carga de provincialismo exiguo, brindo por Perú y por América Unida.
Al regresar a Buenos Aires, Guevara revisó su diario y redactó unas Notas de viaje en donde, entre otras cosas dice:
El personaje que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra argentina. El que las ordena y pule, "yo", no soy yo; por lo menos no soy el mismo yo interior. Este vagar sin rumbo por nuestra "Mayúscula América" me ha cambiado más de lo que creí.
Finalizó sus estudios de medicina en la UBA (Universidad Nacional de Buenos Aires). En seis meses aprobó las 14 asignaturas que le faltaban, y el 11 de abril de 1953 recibió el título de médico, registrado bajo el legajo 1058, registro 1116, folio 153 de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires. Entonces realizaria su segundo y definitivo viaje.

miércoles, 24 de marzo de 2010

El jinete hueco (de Pablo De Santis)

Cuando era teniente del ejército patrio utilicé con frecuencia la estrategia de evitar un jinete al frente, para ver si estaba el enemigo. Como no quería que este peligroso ejercicio me hiciera perder hombres se me ocurrió reemplazar al jinete por un muñeco de trapo relleno con paja y sostenido con varillas de madera, al que dimos el nombre de Soldado Hueco.
En su primera misión, Hueco recibió algunos balazos. Como su presencia nos ayudó a salvar varias vidas, ordené que lo remendaran de inmediato para usarlo de nuevo.
Pronto nos acompañó en otras batallas, siempre en su puesto de vanguardia. Un gracioso prendió de su pecho una moneda a modo de medalla; no castigue la broma, porque creí que el muñeco bien se merecía algún honor. A la noche, en las charlas de los soldados alrededor del fuego, se hizo común oír el nombre del Sargento Hueco, a propósito de hazañas más o menos imaginarias.
Después de algunas heridas y una derrota que pesó más que las victorias anteriores, abandoné el ejercito y me dediqué al comercio de telas. Viajé por Holanda y por Italia para aprender las reglas del negocio, y regresé al cabo de años con telas baratas que vendí como si fueran las mejores.
En el tiempo que me dejaba el negocio, leía la historia de los años recientes; así me enteré de que Hueco fue nombrado General, que venció al enemigo en la batalla de Lema, que fue condecorado por esa victoria y que poco después cayó en una infame emboscada. Un testigo dice haber visto su cabeza en una pica; otro su cuerpo colgado. Sea como sea su cuerpo se perdió entre los escombros de la guerra. El escultor que debía hacer su estatua fúnebre todavía no ha conseguido una imagen del General Hueco, y el pedestal, con su nombre, instalado en un plaza, bajo un jacarandá, aún permanece vivo.

lunes, 22 de marzo de 2010

Hombres auténticos para una libertad autentica.

¿Somos libres? Vivimos en una sociedad, en la cual escuchamos constantemente cosas como “yo hago lo que quiero”, “acéptame como soy” y hablar de democracia, de igualdad. ¿Por qué entonces, plantear dicho interrogante? Para responder a esto debemos saber, que a lo largo de la historia los diferentes grupos dominantes han creado diferentes “sistemas” para hacer prevalecer sus intereses por sobre los del pueblo, sin el consentimiento de este. Violando de esta manera el derecho del hombre a la libertad. ¿Cómo aceptamos esto? De hecho esto no es necesariamente aceptado o mejor dicho conocido. Porque cada “sistema” tiene su propia manera de confundir al pueblo, utilizando para esto diferentes aspectos de la situación del hombre como su raza, religión, sexo, clase social, etc. O sea, el pueblo es esclavo del sistema porque no sabe que lo es o que puede no serlo. Así este dura hasta que es puesto en evidencia frente al pueblo. El sistema actual es el capitalismo, que para confundir crea una interpretación publica, que deriva de lo trasmitido por los mass media. Esto va orientado a impedir que el hombre logre la autenticidad, impidiéndole así ser libre. ¿Por qué? porque el hombre encuentra en la autenticidad su felicidad, porque el hombre que sabe quien “es” sabe que lo hace feliz. A partir de esto el hombre necesita de su libertad para realizar las acciones que le sean necesarias para lograr esta felicidad, también tiene que hacerse responsable de estas acciones. Entonces debe usar su libertad de manera responsable, por eso no debe ser solo guiada por los gustos y apetitos del hombre (porque, si así fuera, las acciones que este realizara podrían tener graves consecuencias y lo haría esclavo estos), sino también por la razón. A su vez el hombre vive en comunidad, y por esto su libertad tampoco debe ser absoluta, porque, sino, paradójicamente nadie seria libre ya que las libertades personales y absolutas de cada uno interferirían con las de los demás generando un desorden absoluto. Tenemos entonces, que el hombre encuentra en la autenticidad del “ser” su felicidad a través de acciones guiadas por la inteligencia, la verdadera libertad y la responsabilidad, estas cobran significado dentro de un proyecto de aceptación, acción y trascendencia. Seguir este proyecto no es para nada fácil, debido al ya mencionado sistema que a través de la interpretación publica hace que el hombre crea que la felicidad consiste en una vida más fácil idea que va en contra del objetivo de todo proyecto que es el de una vida mejor. Sin embargo por naturaleza, todos empezamos nuestra existencia sin conocer la autenticidad y vivimos nuestra niñez orientados por nuestros padres, por eso la búsqueda del “ser” comienza recién cuando el hombre crece y entra en la adolescencia, etapa en la que se dan cambios físicos de importancia y aparecen nuevos apetitos que hasta entonces estaban ocultos. Junto a esta revolución hormonal se da paralelamente una intelectual, la persona busca libertad, comprueba que ya no es un niño y que ya no le sirve, actuar como tal. De hecho es en esta etapa en la que como dice el Papa Benedicto XVI “Los padres han de ir devolviendo a sus hijos la libertad, de la cual durante algún tiempo son tutores” El adolescente busca, ante su nueva realidad, una nueva felicidad y como vimos esta se consigue a través del proyecto de aceptación, acción y trascendencia. La aceptación: es el saber quien “soy”, es volverse sobre si mismo para reconocerse en los elementos que le son propios empezando por la vida, el sexo, el color de piel, el aspecto físico, sus dones y fortalezas, sus defectos y debilidades, sus gustos, etc. Después de esto debe también reconocer otros aspectos propios de su situación que comprenden su familia, su clase social, su lugar de origen, etc. Esto no debe ser para sentirse producto de su situación ni para negar la misma, sino simplemente para observarla y ver que aspectos de esta debe o quiere modificar. A partir de la aceptación la persona reconoce su situación y se hace responsable de la misma, descubre que no es lo que actualmente es (su situación) y es lo que todavía no es (su proyecto). Entonces debe actuar para lograr este cambio, las acciones que realice para esto le serán propias y aunque esta puede pedir consejos de la forma de realizarlas, será el responsable de las consecuencias. La trascendencia también es propia de la persona, esta se gestara a partir de sus valores, ideales, creencias y será la que dentro del proyecto dará a todas las elecciones significado. O sea es el objetivo y el moderador del proyecto, puede encontrarse en sí mismo, en los demás y en el mundo pero si el hombre no encuentra fundamento suficiente en sí mismo, en los demás ni en el mundo, queda por ello abierto desde su estructura íntima, a algo más allá. El proyecto puede modificarse en cualquier momento aunque cuando más comprometido me encuentre con este más difícil me será cambiarlo y de hecho este cambio traerá angustia pero no será en vano, será una crisis fecunda siempre y cuando de esta salga un hombre nuevo. Es en esta etapa en la que podemos ver mas claramente como se confunde al hombre con la idea de una vida más fácil para obtener beneficios de esto. Así como en la infancia los padres eran los tutores de nuestra libertad, en esta etapa los jóvenes inseguros de sí mismos otorgan, sin saberlo, esta atribución de tutor al sistema, que la ejerce través de la sociedad masificada que es generada por la interpretación publica que nos dice lo que “se debe hacer”, que como vimos es trasmitida por los mass media. Esta sociedad masificada dice que tenemos que ser lo que se espera que uno sea, el salirse de lo “normal” es interpretado como “indebido”. De hecho se crean estereotipos para trasmitir esta idea, estos son poco profundos se caracterizan por darle importancia a la imagen a través de estos se prejuzga a las personas por su situación así por ejemplo un joven de clase alta va a ser un “cheto” y uno de clase baja un “negro”. Los estereotipos eliminan todas las diferencias personales para identificar al hombre totalmente con la masa anónima, así la persona no llega a “ser” sino que se siente un producto de su situación, esto además de quitarle la libertad le quita la responsabilidad, la persona piensa que es así porque no puede ser de otra manera. La responsabilidad se diluye así en un sujeto anónimo, indeterminado: frente a los actos nadie es responsable porque todos lo son. Entonces, el hombre que acepta estas ideas, cae en un estado de inautenticidad, en el cual cuenta con la protección de la sociedad masificada, así por ejemplo si no tengo aun clara mi vocación, lo más fácil que me permite superar la angustia de una decisión cuya responsabilidad recaerá sobre mí, es estudiar algo que se deba estudiar porque los demás lo consideren oportuno ya sea porque pueda tener una buena remuneración económica o porque proporcione cierto “status”. A causa de esto el hombre confundido buscara la felicidad, en cosas que no se la darán como el placer, el tener, el poder y aprovechando esto los poderosos conseguirán sus objetivos. Así tenemos como ejemplo al sexo irresponsable que genera grandes negocios interrelacionados como lo son: las Enfermedades de Transmisión Sexual, los anticonceptivos, el aborto, etc. Otro ejemplo es el negocio de alargar la adolescencia, teniendo en cuenta que el adolescente es quien más consume, se logra esto adelantando la revolución hormonal a través del alto contenido sexual de medios como la TV e Internet y haciendo que el joven no quiera crecer. Además tenemos: a los ya citados estereotipos que según su grupo consumen lo mismo(drogas, alcohol), a la belleza(cosméticos, cirugías), entre otros ejemplos. Claramente todo esto crea una situación en la que al hombre se le hace muy difícil lograr la autenticidad y por consiguiente ser libre. Ser feliz depende entonces en buscar la autenticidad sin miedo a equivocarse ya que quien mejor que uno mismo para saber que es lo que le hace bien. Y a pesar de que es imposible alcanzar esta autenticidad, empezar a buscarla ya es empezar a encontrarla.
Iván José Peresón

sábado, 20 de marzo de 2010

En Picado

Greguerías vol.10
El sueño es un deposito de objetos extraviados.En los gallineros hay nevada de plumas.
El alma sale del cuerpo como si fuese la camisa interior a la que le llegó el día del lavado.
El poeta miraba tanto al cielo que le salió una nube en un ojo.
La lógica es el pulverizador de la razón.
El buen escritor no sabe nunca si sabe escribir.
El que está en Venecia es el engañado que cree estar en Venecia. El que sueña con Venecia es el que está en Venecia.
Las únicas que saben de arquitectura comparada son las golondrinas.
Lo mejor del cielo es que no puede inundarse de hormigas.
Era uno de esos días en que el viento quiere hablar.
El sueño es un pequeño adelanto que nos hace la muerte para que nos sea más fácil pasar la vida.
Como estos días ando ocupada, el doble del señor Gómez de la Serna. O el triple, si queréis.
http://enpicado.blogspot.com/

viernes, 19 de marzo de 2010

Instantes (Jorge Luis Borges)

Si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima trataría de cometer más errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. Sería menos higiénico. Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos. Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios. Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría. Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos. Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora. Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas; si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano. Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría descalzo hasta concluir el otoño. Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres, y jugaría con más niños, si tuviera otra vez vida por delante. Pero ya ven, tengo 85 años... y sé que me estoy muriendo.

APROVECHEMOS NOSOTROS QUE TENEMOS MENOS DE 50!!! 

jueves, 18 de marzo de 2010

Don Zatti, el enfermero santo de la Patagonia

Artemides Zatti nace en Boretto (Regio Emilia, Italia) el 12 de octubre de 1880. No tardó en experimentar la dureza del sacrificio, tanto que a los 9 años ya se ganaba la jornada como peón. La familia, obligada por la pobreza, emigró a Argentina, a los 17 años llegó como inmigrante con sus padres y hermanos a principio de 1897 para establecerse en Bahía Blanca. Aquí comienza a frecuentar la parroquia dirigida por los salesianos.
A los 20 años sintió el llamado de Dios a la vida religiosa y dejando todo ingresa al aspirantado salesiano, Le fue confiado, entre otros, el encargo de asistir a un joven sacerdote tuberculoso. Por esto él contrajo también la enfermedad. Fue enviado al hospital de San José. Aquí fue particularmente seguido por el "cura dotor" Evaristo Garrone. Trasladado a Viedma, pidió a la Virgen su curación y prometió dedicarse a los enfermos que lo rodeaban.
En 1908 Zatti se consagró a Dios como Salesiano Coadjutor. Y apartir de ese momento y durante más de 40 años se dedicó a los enfermos del hospital San José, de Viedma. Fue encargado y administrador del hospital, que recibía enfermos de toda la región, ante la indiferencia, y a veces la oposición, de las autoridades locales. Habia aprendido a multiplicarse por cuatro: dirige el hospital, paga el persona, estipula contratos, compra leche y verdurass para los enfermos, vigila la cocina y la limpieza, y si no hay quien limpie el mismo empuña la escoba.
Pero el trabajo mas abundante -que lo angustiara hasta el dia de su muerte- es el de juntar los pesos y los centavos para afrontar los gastos administrativos ya que la regla del hospital y de la farmacia era esta: "quien tiene poco paga poco y quien no tiene nada no paga nada" y estos ultimos clientes eran enormemente mas abundantes.
Entonces él, en su mitica bicicleta, da vuelta por todas partes. La gente ya sabe. Si va pedaleando vestido con delantal blanco va a curar a un enfermo. Pero si lleva sombrero va al Banco o a la casa de algun benefactor.
En 1914 obtiene la ciduadania argentina. Esta feliz, pues ama a su segunda patria tanto como a la primera. Pero en agosto de el año siguiente tiene que verselas con la justicia. Se lo acusa de complice de la fuga de un preso que estaba bajo su cuidado en el hospital. La gente de Viedma no puede creer lo que ven sus ojos. Zatti, entre dos agentes de policia camino a la comisaria. Y luego a la carcel. Y luego al tribunal. Siempre escoltado por policias armados de mauser, siempre sonriente y con el rosario en la mano. Y asi, tras cinco dias de calabozo (realmente tenia necesidad de algunos dias de vacaciones") y su regreso al hospital resulta triunfal. Al regresar pregunta: "¿Respiran todos?" "¡Todos don Zatti!" "Deo gratias!" y enseguida pone manos a la obra.
Su celo apostólico lo movía a visitar día y noche con su legendaria bicicleta a los enfermos de ambos poblados ribereños del río Negro. Su fama de enfermero santo corrió por todo el sur, y de toda la Patagonia llegaban enfermos que él recibía gratuitamente, confiado en la Providencia que nunca le dejó faltar medicinas, alimento y ropa para todos. Muchisimas anecdotas hay para contar sobre Don Zatti, sobre su humor, su amor, su pobreza, su entrega total a Dios, a ese Dios que el veia y servia en sus pacientes.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Literaturas del angel gris (de Alejandro Dolina)

Las creencia en lo sobrenatural termina siempre siendo abolida por las gestas racionalistas. Sin embargo, como observa Rafael Llopis, los mitos regresan del brazo del arte romántico. Pero ya no como las puras creencias que eran antes, sino como estética.
Aun negados por la razón, los fantasmas se resisten a morir. Pero deben abandonar sus pretensiones de verdad y se ven obligadas a expresarse en un plano artístico donde reconocen de antemano su condición de fantástica. Así el sentimiento, negado como creencia por la razón, niega a su vez la razón. Pero ya siendo arte, convertido en el eco de algo que ya no es, el mito pierde fuerza y se va agotando.
Hasta aquí Llopis. Tal vez falta apenas un modesto condimento: el arte romántico establece un vínculo inexorable entre el creador y su obra. De este modo el artista cree redondamente en sus engendros o al menos, como pedía Coleridge suspende su incredulidad.
Los analistas de los mitos de Flores aplican estos criterios para explicar la leyenda del Ángel Gris. Es posible que los vecinos hayan creído alguna vez en la existencia cierta de este mistongo agente celestial. Los Refutadores de Leyendas se encargaron de desalojar la superstición. Y nosotros recibimos, sombra de un suspiro, los restos incompletos de una literatura de barrio que insistió en el Ángel a pesar de todo.
¿Dónde ubicar a los Hombres Sensibles en estos vaivenes del pensamiento y la pasión?
No es fácil decidirlo. Manuel Mandeb y sus amigos no eran ingenuos en absoluto. Sus ilusiones no terminaban en el desengaño, sino mas bien empezaban por allí.
Por lo que sabemos casi nunca hablaban del Ángel Gris. Tampoco ha llegado hasta nosotros la constancia de ninguna polémica acerca del asunto. En cierto modo, esto hace sospechar una certeza. Quien no hace cuestiones sobre la existencia de algo es porque esta seguro al respecto. Por supuesto ignoramos si tal certidumbre afirmaba o negaba al Ángel de Flores.
Curiosamente, muy cerca del silencio de los Hombres Sensibles, cundieron infinidad de textos, obra de artistas del vecindario, en los que se contaban toda clase de historias en las que aparecía el ángel.
De ella se ha extraído toda la información que poseemos ahora sobre esta figura desteñida, la más importante, pero también la más lejana en los altos de Flores.
Repasemos algunos rasgos del Ángel Gris en los que coinciden la mayoría de los autores consultados. El ángel era invisible. Se sabe sin embargo, que llevaba una túnica gris y que sus alas estaban un poco sucias.
Sus poderes eran escasos, como lo expresa una antigua copla: Que puede ofrecer un ángel que no sea fantasía o algún humilde milagro de cuarta categoría.
Se creía que había sido castigado por alguna trasgresión. Su pecado debió haber sido también humilde, pues no había nada de satánico en sus procedimientos.
Era servicial, pero todos procuraban evitar su ayuda. Por alguna razón, el Ángel creía que la melancolía y el desencuentro eras cosas deseables y entonces recompensaba a sus entenados con tristezas permanentes.
Se ha dicho que odiaba a los automovilistas y por eso interfería el funcionamiento de los semáforos.
Siempre le gustaron las canciones tristes. A veces dictaba composiciones al músico Ives Castagnino. Las rubias de la calle Caracas han oído serenatas angelicales que parecían surgir de la sombra o de la nada.
Participaba en todos los juegos del barrio. El ruso Salzman afirmaba que la probabilidad de hacer un siete en el pase ingles era dos veces mayor en Flores que en cualquier otro lugar. Carlos Menéndez, un renombrado ventajero de la calle Bolivia, juró que en diez años de actividad en todas las timbas de la barriada jamás le había tocado el siete de oros, carta que recibía con razonable frecuencia en Caseros o en Palermo.
Repartía sueños desde el anochecer hasta el alba, llevando una canasta de panadero.
No le estaba permitido salir de Flores. Los duendes, los fantasmas y los demonios de otros rumbos se burlaban de él.(...)

lunes, 15 de marzo de 2010

¿Ser o Pertenecer?

la pregunta en si es una mentira... no es necesario elegir entre una cosa y la otra... de hecho no se si es posible ser sin pertenecer... la verdadera cuestion es... "ser o aparentar"... ser es muy complicado, implica sacrificios, implica coherencia, y es un camino que en si se recorre solo (como la vida misma... llegamos solos a este mundo... y solos nos vamos de el)... aparentar en cambio es mas facil... podemos aparentar juntos, podemos vestirnos igual, podemos "pertenecer" al grupo que queramos, es muy facil, podemos pertenecer a cuantos grupos queramos, un dia soy punk, un dia soy hippie, un dia soy flogger, un dia soy rockero, un dia soy villero... te cambias un poco de ropa, de peinado, de musica y listo... la cuestion es: ¿por que?... si lo haces porque te gusta realmente eso, porque aderis a una filosofia de vida, porque sentis que de esa manera te acercas mas a SER... o si lo haces porque de esa manera "PERTENECES", encajas, sos aceptado, ect yo no se si lo que digo es realmente asi... y ni siquiera he tomado una desicion de este estilo para mi vida... por lo pronto camino con mi querido Cam.Re.Voc.... el lado mas sincero de mi libertad... luego deambulo de un lugar a otro, puedo escuchar cumbia, puedo ir a recitales de rock, puedo aparentar ser quien yo quiera... solo aparentar y ni siquiera lo hago, cuando la gente se refiere a mi dice; el es pereza el de camrevoc, el filosofo... pero nunca agregan "el rocker", o "el cumbiero", o "el hippie" (... aunque entre cumbieros soy rocker y entre rockers soy cumbiero)... en todos lados esta la maravilla y la miseria...
...POR ESO YO ELEGI LO PERPENDICULAR...

domingo, 14 de marzo de 2010

Orejitas y el Chico del Sombrero

Generalmente en mi vida todo se da de manera muy chota, casi siempre fuerzo situaciones y genero situaciones incomodas, pero lo que es peor, dejo en condiciones de lastimarme a casi todas las personas que conozco y muchas veces sin darle opcion a no hacerlo... a que va todo esto? cosas que mi cabeza piensa...
Posteo de domingos, mates de noche en lo de natali... todo muy espontaneo como aquella vez en la pueyrredon: "un dia mas... con el chico del sombrero preguntando ¿porque el ser y no mas bien la nada?... con orejitas por momentos abstrayendose en su mundo... abstraccion absoluta... charla... divague... y volver a empezar: - Hola, como andas? tanto tiempo!!!... que alegria verte por aca... ... y despues lo inesperado... que bueno que es no planear... en aquella plaza tan querida habia algo escondido... unos graciosos seres que estan ai esperando el momento para manifestarse... Se acercaron a nosotros para contarnos algunas verdades: Hai un hilo primordial, una aspera soga que nos lleva al ser, tenemos que hacernos cargo de eso y disfrutar de los detalles... si de los detalles... ai muchas cositas flotando por ai... Trepar y trepar... en el otro extremo ai un mundo diferente... donde no existen las apariencias... no hai arriba ni abajo, ni tiempo, ni espacio... ni nada que podamos medir... En ese mundo viven ellos... los conocimos esta tarde... sus energias nos invadieron de pronto y nos llevaron a habitar algunos momentos en su maravilloso mundo...
QUE HERMOSO QUE ES TODO ALLI...
pero no les puedo contar mas, pronto tendremos noticias de ellos, por lo menos eso espero... trabajaremos duro para que todos conozcan lo que nosotros hoi conocimos..."

El resto es top secret, ya veran de que se trata
tal vez mi yo espontaneo se llama "chico del sombrero" (tal vez solo tal vez)

sábado, 13 de marzo de 2010

ochoqueochenta

Naturaleza*
Echo de menos aquella sensación al levantarme, esa necesidad de respirar hondo y sonreir. Ver las montañas a primera hora de la mañana desde la entrada, sentada en la madera carcomida por la humedad mientras una sensación se instala en mis ojos, como la eterna suerte de poder mirar a las montañas cuando aún cambian de color en ésas horas de la mañana. Y ver el rocío de la noche todavía secándose en la hierba sana totalmente dispar que rodea la casa e ir descalza por ese sendero de piedrecitas hasta "el árbol de las sensaciones" en donde la noche anterior todos contamos nuestra historia. Echo de menos tocar aquella arrugada piel que tanta energía me transmitió cuando llegué a ese lugar que me cambió la vida. Y llegar allí, todas las mañanas, cuando casi todos aún dormían, mientras él sol se desperazaba también y aún las cenizas de la hoguera no se había consumido del todo, y respirar ese aire cargado de amor*, de sencillez, de armonía con la Madre Tierra,y descubrirme siguiendo las líneas que cuentan los años de aquel viejo árbol, justo en el centro, como un protector que cuida de sus hijos.Y pasarme toda la mañana sin hacer nada, mirando las montañas y enamorándome de ellas. Recorriéndolas con los ojos semi-cerrados, con el dedo índice recorriendo sus curvilíneos cuerpos como si las acariciaria.Y sorprenderme de cómo han ido llegando todos a hacer sus tareas del día, sin decir nada, en silencio, sin molestarme. Y descubrir sonrisas, echo de menos ésas sonrisas...esas sonrisas que lo llenaban todo.Echo de menos bañarme desnuda en el río y sentir que soy agua yo tambien.Y no importarme más cuando a la hora de la siesta, todos nos poníamos a cantar esa nana para Dani, el pequeño de la gran familia ,y acabáramos durmiendo todos juntos, entre árboles.

http://ochoqueochenta.blogspot.com/

viernes, 12 de marzo de 2010

El endurecimiento del alma (por Agustin Zoonhi)

Cuenta una historia de no me acuerdo que autor: "Cuando era joven, queria cambiar al mundo, pero con el tiempo me di cuenta que era muy grande y me di por vencido, un tiempo despues intente cambiar mi ciudad, con el tiempo me di cuenta que era muy grande y me volvi a dar por vencido, entonses mire hacia mi familia, todos estaban distanciados y/o peleados e intente cambiarlo, pero era muy tarde, yo ya estaba viejo y ellos ya no podian cambiar, ahi me di cuenta que primero debi cambiar a mi familia, luego mi ciudad y luego podria cambiar el mundo, dando el ejemplo a mi familia luego se desparramaria."
Como esta historia, muchos queremos salir afuera a cambiar el mundo, pero nos encontramos con paredes imposibles de superar, gente que nos traiciona y demas infortunios, de esta forma vamos callendo en el error que cometio el personaje de la historia, mientras va pasando el tiempo tambien se va endureciendo el alma, y eso parece pasar a la mayoria de los seres humanos corrompidos por la monotonia del trabajo, ya no miran al cielo, ya no ven sus hijos crecer, ya no ven el amanecer, ya no ven lo hermoso del mundo (solo lo malo sin hacer algo al respecto).Esa gente se habra olvidado de vivir y estan muertas en vida, son zombis que hacen lo mismo, siempre, y se preocupan en tonterias, la apariencia, el que diran y reprimen sus sentimientos y la capacidad de emocionarse cuando el momento indicado se presenta.No cometan este error, y no dejen maravillarse con lujos y disfruten lo sencillo, una charla, una caricia, un mate con amigos, etc. Algunos de ustedes lo sabran perfectamente, pero a ustedes les pido, que no se olviden de lo simple y hermoso de la vida, y si algun dia me pasa eso, les ruego que me den vuelta la cara de un cachetazo y me lo hagan notar: "hermano, esto no es asi..."

jueves, 11 de marzo de 2010

California: Territorio Argentino.

Hipólito Bouchard zarpó de Buenos Aires el 9 de julio de 1817 al mando de la fragata "La Argentina", rebautismo del navío "Consecuencia" que él mismo había capturado poco antes a los realistas del Pacífico.
El periplo fue largo: Madagascar, India, océano índico, Filipinas, Borneo, Java, Macasar, las Célebes, el archipiélago de la Sonda, siempre con la bandera argentina al tope.
En Macasar venció a cinco navíos malayos, y según lo cuenta el mismo Bouchard en su diario de a bordo, "a la hora y media de fuego y del golpe de las armas, el capitán de la proa (se refería a un tipo especial de barcos, propio de los piratas malayos), viendo frustrados sus designios, se dio dos puñaladas y se arrojó al agua. Lo mismo hicieron otros cinco, y el resto de la tripulación se defendió muy poco tiempo después".
Luego, durante dos meses "La Argentina" bloqueó la ciudad filipina de Luzón, centro del poder español en el Mar de la China. Hundió dieciséis barcos, abordó otros dieciséis y apresó a cuatrocientos realistas.
La fama del corsario argentino se expandía velozmente inspirando el terror con sólo pronunciarse su nombre.
En ruta a Oceanía se detuvo en Hawaii, donde poco antes el rey Kameha Meha se había apropiado ilegalmente de un barco argentino. Se trataba del "Chacabuco", ex navío norteamericano originalmente bautizado "Liberty", que estaba en poder del monarca por haberse sublevado su tripulación. Bouchard habló con Kameha Meha, rescató la nave mediante una indemnización y obtuvo la devolución del cabecilla, que fue juzgado y ejecutado en forma sumaria.
El comandante argentino también firmó un tratado de unión, amistad y comercio con el soberano isleño y logró que Hawaii reconociera la independencia nacional. Fue el primer Estado que lo hizo.
Finalmente Bouchard volvió a hacerse a la mar y el 22 de noviembre de 1818 la aguerrida flotilla argentina fondea en la bahía de Monterrey, California, entonces posesión española.
Bouchard, sobre "La Argentina", y su subordinado Peter Corney al mando de la reconquistada "Chacabuco", con una desusada tripulación de criollos y polinesios, sitiaron la ciudad enemiga.
Las baterías realistas cañonearon a las naves patriotas, que respondieron el fuego implacablemente y lograron desem­barcar sus tropas de ataque. Al día siguiente se produjo la rendición de la plaza.
El diario de Bouchard cuenta que un cobrizo guerrero hawaiano fue quien arrió la bandera española e izó la celeste y blanca en territorio del que es hoy el país más poderoso de la Tierra. La ocupación de la Alta California por parte de la Armada argentina se prolongó por seis días, tiempo que duró el saqueo y la reparación de las naves.
El mortífero raid continuó por las colonias centroameri­canas, poniendo en jaque a las armas del soberano hispánico y apoderándose de los fuertes de San Juan, Acapulco, San Blas, Sonsonate y Santa Bárbara. Cabe resaltar un combate feroz frente a la costa nicaragüense, de resultas del cual una flotilla realista fue desmembrada totalmente por los argenti­nos.
Es éste el motivo por el cual muchas banderas de las actuales naciones de Centroamérica tienen ostensiblemente la nuestra como base, pues significó para quienes lucharon por sus respectivas independencias, gracias a Hipólito Bouchard, un símbolo altivo de lucha contra el opresor colo­nial.
Fuente: "El Aguila Guerrera" de Mario `Pacho´ O'Donnell

miércoles, 10 de marzo de 2010

Dogmatismo (de Ernesto Sabato)

En todas las épocas de la historia, los enemigos más encarnizados del Dogma se han reclutado entre los partidarios de un Dogma Diferente, quemándose, ahorcándose o crucificándose mutuamente. El auténtico espíritu libre está abierto a todas las posibilidades, incluyendo los dogmas y las supersticiones. Este espíritu debería ser la esencia del pensamiento científico y filosófico; y lógicamente lo es, pero es raro que psicológicamente o históricamente lo alcance a ser: los hombres de ciencia y los filósofos son hombres de carne y hueso y no están desposeídos de los vicios de los demás mortales; tienen mayor dominio de la inteligencia y más espíritu crítico; pero es una diferencia de grado, no de esencia.
Y así nos encontramos con un hecho curioso: los siglos XVIII y XIX desencadenaron una especie particularmente peligrosa de dogmatismo: el científico. Es cierto que en nuestro siglo, algunos de los más grandes epistemólogos han recomendado la cautela y la modestia; pero el hombre de la calle, impresionado por el desarrollo de la técnica, no ve esos titubeos teóricos y ha adquirido la más singular de las supersticiones: la de la ciencia; que es como decir que ha adquirido la superstición de que no debe ser supersticioso.
Era un acontecimiento previsible: la ciencia se ha hecho crecientemente poderosa y abstracta, es decir, misteriosa: para el ciudadano se ha convertido en una especie de magia, que respeta tanto más cuanto menos la comprende. Este nuevo esoterismo tiene por dignidades el Miedo y el Poder, y estas dos fuerzas engendran siempre las supersticiones.
En la ciencia hay un elemento eterno y otro mortal: el primero es el método, que consiste en observación cuidadosa y razonamiento impecable; la parte mortal es, en cambio, el conocimiento mismo. La teoría de Tolomeo fue superada por la de Copérnico, esta por la de Einstein y la de Einstein ha de ser superada por otra más compleja. El desarrollo del pensamiento se hace a menudo a través de estas negaciones dialécticas. Esta mortalidad del conocimiento es lo que hace tan cautelosos a los hombres de ciencia, que nunca son dogmáticos cuando son auténticos. En líneas generales, puede decirse que practican tanto menos el dogmatismo de la ciencia cuanto más a fondo han llegado a ella; tiene mayor fanatismo científico el médico, cuya ciencia está probablemente en el estado en que se hallaba la física en la época de Aristóteles, que el matemático, cuya ciencia, por ser la más simple de todas, es la más avanzada.
Si hay algo seguro en nuestros conocimientos es la verdad de que todos los conocimientos actuales son parcial o totalmente equivocados. Dentro de cien años parecerán monstruosas las operaciones cometidas por los médicos del siglo XX en los ulcerosos. En general, les parecerá bastante cómico el afán de las curaciones locales, tendencia del hombre ingenuo a dividir la realidad. La experiencia realizada hasta el presente ha mostrado que viejas teorías que constituían Dogma apenas han resultado ser Equivocaciones. Este hecho melancólico debería hacer meditar a los médicos y en general a los científicos que dogmatizan. A menos que piensen, valerosamente, que ese proceso de transmutación de Dogma en Equivocación ya terminó y que ahora todo lo que dicen es inmutable. No veo, sin embargo, por qué ha de poder establecerse un límite entre el Dogma y la Equivocación que pase, justamente, por nuestro tiempo.

martes, 9 de marzo de 2010

La colina de la vida (Attaque 77 y Leon Gieco)



Cancion sugerida por mi amigo el gavy (GÜEBITO), que hoy se opera de los senos... nasales, jeje

sábado, 6 de marzo de 2010

El living sin tiempo

Uncleaning shampoo
Friego mi cabeza hasta lograr abundante espuma. Repito la operación dos veces, como indica el envase. Intento que el champú penetre por los poros del cabello para borrar ciertas imágenes de mi memoria, pero es inútil. Ella seguirá allí, invulnerable al lavado, tentándome a volver a verla cada tanto, igual que siempre.
Abro los ojos cuando termina el enjuague y me entusiasmo al ver sus pies delgados ingresando sigilosamente a la bañadera.

http://livingsintiempo.blogspot.com/

viernes, 5 de marzo de 2010

No te salves (de Mario Benedetti)

Cerrando un poco la parte laburable de la semana dedicaremos los viernes a diferentes areas del arte, es decir a cualquiera que alguno de ustedes lectores se les ocurra, como habran notado el blog sirve para expresar ideas y para enriquecernos culturalmente, hoy mi amiga SOFI me mando una poesia. Buen findesemana para todos, gracias AGU por el comentario! je, la semana que viene te voy a pedir algun aporte. Aca les dejo la poesia:

NO TE SALVES

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma

no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios

no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana

y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo


Mario Benedetti

jueves, 4 de marzo de 2010

El Rock Nacional empezó en La Cueva

Hace cuarenta años, los que formarían el grupo que dio origen al rock nacional estaban acercándose cada uno desde su órbita al magneto central de la Cueva. Pipo Lernoud nos pinta esta época que vivió con tanta pasión.

En 1965, el mundo de la "música juvenil" se reducía a las actuaciones de fin de semana en clubes de barrio con grupos que, más o menos, repetían el molde que iba imponiendo La Escala Musical, emporio que monopolizaba la televisión, la radio y los bailes. En ese universo de música pegadiza, ritmos obvios y letras melosas, el rock en inglés y los grupos debían parecerse al fenómeno planetario: Los Beatles. Hacía menos de un año que los cuatro fabulosos habían desembarcado en Estados Unidos, desencadenado la beatlemanía, y La Escala no podía estar fuera de eso. Pero los músicos no estaban distraídos. Sabían que debajo del boom comercial de Los Beatles se escondía algo nuevo, y que cientos de "conjuntos" (Los Rolling Stones, Kinks, Yardbirds, Who, Blues Breakers, Byrds, etc.) estaban transformando la banda de sonido del mundo. Algunos, lo intuían oscuramente, como José Alberto Iglesias apodado "Tanguito", que había grabado ya en 1963 sus propias composiciones en castellano (Mi pancha) en el estilo de los mexicanos Teen Tops con Los Duques. Alejandro Medina (después Manal) y Carlos Mellino (después Alma y Vida) eran los cantantes de The Seasons. Con el seudónimo "Max and Rodney", componían canciones en un inglés inventado, copiando además elestilo de ropa y los peinados de Los Beatles. Desde Rosario llegaron Los Wild Cats, con Litto Nebbia a la cabeza, que al entrar en el circuito de La Escala con un contrato, se cambiaron el nombre a Los Gatos Salvajes. Litto, apenas un adolescente, ya componía sus propios temas de un beat inteligente y elaborado, con una invalorable ayuda del tecladista Ciro Fogliatta para los arreglos. Había muchos otros grupos: Las Sombras, Los Gatos Negros, Los Guantes Blancos...

Sandro y los de Fuego hacían temblar las radios con Música de Rock and Roll, la versión castellana de un tema del maestro negro Chuck Berry que los Beatles habían grabado a fuego en la conciencia de la juventud blanca. El acento y la actitud de Sandro retrotraía más a un Presley de nuestros suburbios que a un beat, el apodo de nuestra música que estaba naciendo. Pero Sandro era un poco padrino de lo que se venía.

Todo ese universo de música que apenas salían de la adolescencia y ya eran profesionales de una "industria del entretenimiento" cada vez más estructurada y exigente desembocó, tarde o tempraño, en un diminuto reducto, sucio y mal ventilado, de la avenida Pueyrredón: La Cueva.

El nuevo idioma de Babel

"La Cueva era como una Babel total, era como esas historias bíblicas del desierto, que vienen las caravanas de uno y otro lado, y todos desembarcan en el mismo lugar. Estaban los músicos de barrio por un lado y por otro los músicos (profesionales) de sesión". Eso recordó Rocky Rodriguez para un extraordinario libro sobre Tanguito, de Víctor Pintos.

En esa Babel circulaban tipos que no eran de la música; escritores y periodistass como Miguel Grinberg, Pipo Lernoud y Juan Carlos Kreimer, pintores como Charly Camino, poetas, gente de la noche. Y se reunió una camada de músicos en estado de despertar intensivo: Mauricio "Moris" Birabent, Javier Martínez, José Alberto "Tanguito" Iglesias, Miguel (futuro Abuelo) Peralta, Félix "Litto" Nebbia y Alberto "Pajarito Zaguri" García.

En ese pequeño sótano se cocinaba otro estofado que en La Escala Musical. Allí los músicos podían improvisar, zarpar, delirar, sanatear, inventar con total libertad. La zapada venía desde el nacimiento de la Cueva, desde que era "de Pasarotus" y regenteada por Juan Carlos "El Gordo" Cáceres abrió las puertas a los músicos de jazz, desde Gato Barbieri y "El Gordo" Fernandez hasta los jóvenes Bernardo Baraj, Ricardo Lew, Adalberto Cevasco, Norberto Minichilo, y un largo etcétera. De reducto de noctámbulos y jazzeros, muy pronto pasó a pertenecer a una movida inspirada por Billy Bond (después de La Pesada) y el propio Sandro, atrayendo a todo músico "beat" que circulara por Buenos Aires, incluyendo a los Shakers de Uruguay y los Con´s Combo de Suecia.

Fue en la Cueva donde empezó realmente el rock nacional. Sin el fermento de La Cueva, esa mezcla de influencias musicales, literarias e ideológicas, nuestro rock hubiera sido uno más en el continente, otro reflejo pálido de las ideas anglosajonas. Sin La Cueva no hubiera habido Avellaneda blues, ni De Nada Sirve, ni La Balsa. Y toda la historia que viene detrás, desde Charly García a Sumo, desde Los Redondos hasta Spinetta, estça teñida con las inquietudes ambiciosas de los locos de La Cueva. No hay en el Continente, con la excepción de Brasil, una historia de rock, poesía y desafío como en la Argentina, y tampoco la hay en Europa fuera de Inglaterra. Porque el aislamiento cultural al que nos sometieron las sucesivas dictaduras y la multiplicidad de las influencias del rock, produjeron un híbrido original que nació ahí, a fines del 65 y comienzos del 66, cuando el mundo dejó sus viejos "conjuntos" abandonó el sueño de triunfar en la Escala Musical y salió a caminar por la avenida Pueyrredón, desde La Cueva a La Perla, para empezar a escribir una historia diferente.

En esos "naufragios" hasta el amanecer, intercambiando ideas e información, se compusieron la mayoría de los temas que llenaron los discos de Los Gatos, de Manal, de Moris, de los primeros Abuelos de la Nada, de Tanguito. Y se inspiraron las ideas que hicieron cantar en castellano a Almendra, Vox Dei, Arco Iris, Pappo, etc.

El primer "manager" del rock nacional también estaba en La Cueva. El Gordo Horacio Martínez, amigo de Sandro y Billy Bond, que llevó a Tanguito a RCA y consiguió el primer contrato de Los Gatos, también fue el resorte principal para la movida de los Beatniks de Moris y Pajarito.

Hoy se discute si el comienzo del rock autóctono fueron Los Gatos Salvajes en 1965 -con repertorio propio pero dentro del engranaje de la Escala Musical -, o los Beatniks en 1966 -una actitud rebelde de "pacifismo y libertad sexual" pero poca llegada al gran público- o Los Gatos en 1967 -con el éxito masivo de La Balsa y Ayer nomás, temas representativos de La Cueva-. En realidad esa discusión no tiene trascendencia. No hay un músico o un disco que pueda ser citado como comienzo de la nueva cultura. El "movimiento" nació de un movimiento, de un choque, de un caldo de cultivo que hervía en el aire viciado y ruidoso de La Cueva, ese pequeño centro del universo, escondido de la persecusión de la policía y los adultos bien pensantes en un sótano diminuto de la avenida Pueyrredón.

Fuente: rock.com.ar

miércoles, 3 de marzo de 2010

El Otro (de Jorge Luis Borges)

El hecho ocurrió el mes de febrero de 1969, al norte de Boston, en Cambridge. No lo escribí inmediatamente porque mi primer propósito fue olvidarlo, para no perder la razón. Ahora, en 1972, pienso que si lo escribo, los otros lo leerán como un cuento y, con los años, lo será tal vez para mí. Sé que fue casi atroz mientras duró y más aún durante las desveladas noches que lo siguieron. Ello no significa que su relato pueda conmover a un tercero.
Serían las diez de la mañana. Yo estaba recostado en un banco, frente al río Charles. A unos quinientos metros a mi derecha había un alto edificio, cuyo nombre no supe nunca. El agua gris acarreaba largos trozos de hielo. Inevitablemente, el río hizo que yo pensara en el tiempo. La milenaria imagen de Heráclito. Yo había dormido bien, mi clase de la tarde anterior había logrado, creo, interesar a los alumnos. No había un alma a la vista.
Sentí de golpe la impresión (que según los psicólogos corresponde a los estados de fatiga) de haber vivido ya aquel momento. En la otra punta de mi banco alguien se había sentado. Yo hubiera preferido estar solo, pero no quise levantarme en seguida, para no mostrarme incivil. El otro se había puesto a silbar. Fue entonces cuando ocurrió la primera de las muchas zozobras de esa mañana. Lo que silbaba, lo que trataba de silbar (nunca he sido muy entonado), era el estilo criollo de La tapera de Elías Regules. El estilo me retrajo a un patio, que ha desaparecido, y la memoria de Alvaro Melián Lafinur, que hace tantos años ha muerto. Luego vinieron las palabras. Eran las de la décima del principio. La voz no era la de Álvaro, pero quería parecerse a la de Alvaro. La reconocí con horror.
Me le acerqué y le dije:
-Señor, ¿usted es oriental o argentino?
-Argentino, pero desde el catorce vivo en Ginebra -fue la contestación.
Hubo un silencio largo. Le pregunté:
-¿En el número diecisiete de Malagnou, frente a la iglesia rusa?
Me contestó que si.
-En tal caso -le dije resueltamente- usted se llama Jorge Luis Borges. Yo también soy Jorge Luis Borges. Estamos en 1969, en la ciudad de Cambridge.
-No -me respondió con mi propia voz un poco lejana.
Al cabo de un tiempo insistió:
-Yo estoy aquí en Ginebra, en un banco, a unos pasos del Ródano. Lo raro es que nos parecemos, pero usted es mucho mayor, con la cabeza gris.
Yo le contesté:
-Puedo probarte que no miento. Voy a decirte cosas que no puede saber un desconocido. En casa hay un mate de plata con un pie de serpientes, que trajo de Perú nuestro bisabuelo. También hay una palangana de plata, que pendía del arzón. En el armario de tu cuarto hay dos filas de libros. Los tres de volúmenes de Las mil y una noches de Lane, con grabados en acero y notas en cuerpo menor entre capítulo, el diccionario latino de Quicherat, la Germania de Tácito en latín y en la versión de Gordon, un Don Quijote de la casa Garnier, las Tablas de Sangre de Rivera Indarte, con la dedicatoria del autor, el Sartor Resartus de Carlyle, una biografía de Amiel y, escondido detrás de los demás, un libro en rústica sobre las costumbres sexuales de los pueblos balkánicos. No he olvidado tampoco un atardecer en un primer piso en la plaza Dubourg.
-Dufour -corrigió.
-Esta bien. Dufour. ¿Te basta con todo eso?
-No -respondió-. Esas pruebas no prueban nada. Si yo lo estoy soñando, es natural que sepa lo que yo sé. Su catálogo prolijo es del todo vano.
La objeción era justa. Le contesté:
-Si esta mañana y este encuentro son sueños, cada uno de los dos tiene que pensar que el soñador es él. Tal vez dejemos de soñar, tal vez no. Nuestra evidente obligación, mientras tanto, es aceptar el sueño, como hemos aceptado el universo y haber sido engendrados y mirar con los ojos y respirar.
-¿Y si el sueño durara? -dijo con ansiedad.
Para tranquilizarlo y tranquilizarme, fingí un aplomo que ciertamente no sentía. Le dije:
-Mi sueño ha durado ya setenta años. Al fin y al cabo, al recordarse, no hay persona que no se encuentre consigo misma. Es lo que nos está pasando ahora, salvo que somos dos. ¿No querés saber algo de mi pasado, que es el porvenir que te espera?
Asintió sin una palabra. Yo proseguí un poco perdido:
-Madre está sana y buena en su casa de Charcas y Maipú, en Buenos Aires, pero padre murió hace unos treinta años. Murió del corazón. Lo acabó una hemiplejía; la mano izquierda puesta sobre la mano derecha era como la mano de un niño sobre la mano de un gigante. Murió con impaciencia de morir, pero sin una queja. Nuestra abuela había muerto en la misma casa. Unos días antes del fin, nos llamo a todos y nos dijo: "Soy una mujer muy vieja, que está muriéndose muy despacio. Que nadie se alborote por una cosa tan común y corriente."Norah, tu hermana, se casó y tiene dos hijos. A propósito, ¿en casa como están?
-Bien. Padre siempre con sus bromas contra la fe. Anoche dijo que Jesús era como los gauchos, que no quieren comprometerse, y que por eso predicaba en parábolas.
Vaciló y me dijo:
-¿Y usted?
No sé la cifra de los libros que escribirás, pero sé que son demasiados. Escribirás poesías que te darán un agrado no compartido y cuentos de índole fantástica. Darás clases como tu padre y como tantos otros de nuestra sangre. Me agradó que nada me preguntara sobre el fracaso o éxito de los libros.
Cambié. Cambié de tono y proseguí:
-En lo que se refiere a la historia... Hubo otra guerra, casi entre los mismos antagonistas. Francia no tardó en capitular; Inglaterra y América libraron contra un dictador alemán, que se llamaba Hitler, la cíclica batalla de Waterllo. Buenos Aires, hacía mil novecientos cuarenta y seis, engendró otro Rosas, bastante parecido a nuestro pariente. El cincuenta y cinco, la provincia de Córdoba nos salvó, como antes Entre Ríos. Ahora, las cosas andan mal. Rusia está apoderándose del planeta; América, trabada por la superstición de la democracia, no se resuelve a ser un imperio. Cada día que pasa nuestro país es más provinciano. Más provinciano y más engreído, como si cerrara los ojos. No me sorprendería que la enseñanza del latín fuera reemplazada por la del guaraní.
Noté que apenas me prestaba atención. El miedo elemental de lo imposible y sin embargo cierto lo amilanaba. Yo, que no he sido padre, sentí por ese pobre muchacho, más íntimo que un hijo de mi carne, una oleada de amor. Vi que apretaba entre las manos un libro. Le pregunté qué era.
-Los poseídos o, según creo, Los demonios de Fyodor Dostoievski -me replicó no sin vanidad.
-Se me ha desdibujado. ¿Que tal es?
No bien lo dije, sentí que la pregunta era una blasfemia.
-El maestro ruso -dictaminó- ha penetrado más que nadie en los laberintos del alma eslava.
Esa tentativa retórica me pareció una prueba de que se había serenado.
Le pregunté qué otros volúmenes del maestro había recorrido.
Enumeró dos o tres, entre ellos El doble.
Le pregunté si al leerlos distinguía bien los personajes, como en el caso de Joseph Conrad, y si pensaba proseguir el examen de la obra completa.
-La verdad es que no -me respondió con cierta sorpresa.
Le pregunté qué estaba escribiendo y me dijo que preparaba un libro de versos que se titularía Los himnos rojos. También había pensado en Los ritmos rojos.
-¿Por qué no? -le dije-. Podés alegar buenos antecedentes. El verso azul de Rubén Darío y la canción gris de Verlaine.
Sin hacerme caso, me aclaró que su libro cantaría la fraternidad de todos lo hombres. El poeta de nuestro tiempo no puede dar la espalda a su época. Me quedé pensando y le pregunté si verdaderamente se sentía hermano de todos. Por ejemplo, de todos los empresarios de pompas fúnebres, de todos los carteros, de todos buzos, de todos los que viven en la acera de los números pares, de todos los afónicos, etcétera. Me dijo que su libro se refería a la gran masa de los oprimidos y parias.
-Tu masa de oprimidos y de parias -le contesté- no es más que una abstracción. Sólo los individuos existen, si es que existe alguien. El hombre de ayer no es el hombre de hoy sentencio algún griego. Nosotros dos, en este banco de Ginebra o de Cambridge, somos tal vez la prueba.
Salvo en las severas páginas de la Historia, los hechos memorables prescinden de frases memorables. Un hombre a punto de morir quiere acordarse de un grabado entrevisto en la infancia; los soldados que están por entrar en la batalla hablan del barro o del sargento. Nuestra situación era única y, francamente, no estábamos preparados. Hablamos, fatalmente, de letras; temo no haber dicho otras cosas que las que suelo decir a los periodistas. Mi alter ego creía en la invención o descubrimiento de metáforas nuevas; yo en las que corresponden a afinidades íntimas y notorias y que nuestra imaginación ya ha aceptado. La vejez de los hombres y el ocaso, los sueños y la vida, el correr del tiempo y del agua. Le expuse esta opinión, que expondría en un libro años después.
Casi no me escuchaba. De pronto dijo:
-Si usted ha sido yo, ¿cómo explicar que haya olvidado su encuentro con un señor de edad que en 1918 le dijo que él también era Borges?
No había pensado en esa dificultad. Le respondí sin convicción:
-Tal vez el hecho fue tan extraño que traté de olvidarlo.
Aventuró una tímida pregunta:
-¿Cómo anda su memoria?
Comprendí que para un muchacho que no había cumplido veinte años; un hombre de más de setenta era casi un muerto. Le contesté:
-Suele parecerse al olvido, pero todavía encuentra lo que le encargan.
Estudio anglosajón y no soy el último de la clase.
Nuestra conversación ya había durado demasiado para ser la de un sueño.
Una brusca idea se me ocurrió.
-Yo te puedo probar inmediatamente -le dije- que no estás soñando conmigo.
Oí bien este verso, que no has leído nunca, que yo recuerde.
Lentamente entoné la famosa línea:
L'byre - univers tordant son corps écaillé d'astres. Sentí su casi temeroso estupor. Lo repitió en voz baja, saboreando cada resplandeciente palabra.
-Es verdad -balbuceó-. Yo no podré nunca escribir una línea como ésa.
Hugo nos había unido.
Antes, él había repetido con fervor, ahora lo recuerdo, aquella breve pieza en que Walt Whitman rememora una compartida noche ante el mar, en que fue realmente feliz.
-Si Whitman la ha cantado -observé- es porque la deseaba y no sucedió. El poema gana si adivinamos que es la manifestación de un anhelo, no la historia de un hecho.
Se quedó mirándome.
-Usted no lo conoce -exclamó-. Whitman es capaz de mentir.
Medio siglo no pasa en vano. Bajo nuestra conversación de personas de miscelánea lectura y gustos diversos, comprendí que no podíamos entendernos.
Eramos demasiado distintos y demasiado parecidos. No podíamos engañarnos, lo cual hace difícil el dialogo. Cada uno de los dos era el remendo cricaturesco del otro. La situación era harto anormal para durar mucho más tiempo. Aconsejar o discutir era inútil, porque su inevitable destino era ser el que soy.
De pronto recordé una fantasía de Coleridge. Alguien sueña que cruza el paraíso y le dan como prueba una flor. Al despertarse, ahí está la flor. Se me ocurrió un artificio análogo.
-Oí -le dije-, ¿tenés algún dinero?
-Sí - me replicó-. Tengo unos veinte francos. Esta noche lo convidé a Simón Jichlinski en el Crocodile.
-Dile a Simón que ejercerá la medicina en Carouge, y que hará mucho bien... ahora, me das una de tus monedas.
Sacó tres escudos de plata y unas piezas menores. Sin comprender me ofreció uno de los primeros.
Yo le tendí uno de esos imprudentes billetes americanos que tienen muy diverso valor y el mismo tamaño. Lo examinó con avidez.
-No puede ser -gritó-. Lleva la fecha de mil novecientos sesenta y cuatro. (Meses después alguien me dijo que los billetes de banco no llevan fecha.)
-Todo esto es un milagro -alcanzó a decir- y lo milagroso da miedo. Quienes fueron testigos de la resurrección de Lázaro habrán quedado horrorizados. No hemos cambiado nada, pensé. Siempre las referencias librescas.
Hizo pedazos el billete y guardó la moneda.
Yo resolví tirarla al río. El arco del escudo de plata perdiéndose en el río de plata hubiera conferido a mi historia una imagen vívida, pero la suerte no lo quiso.
Respondí que lo sobrenatural, si ocurre dos veces, deja de ser aterrador. Le propuse que nos viéramos al día siguiente, en ese mismo banco que está en dos tiempos y en dos sitios.
Asintió en el acto y me dijo, sin mirar el reloj, que se le había hecho tarde. Los dos mentíamos y cada cual sabía que su interlocutor estaba mintiendo. Le dije que iban a venir a buscarme.
-¿A buscarlo? -me interrogó.
-Sí. Cuando alcances mi edad habrás perdido casi por completo la vista.
Verás el color amarillo y sombras y luces. No te preocupes. La ceguera gradual no es una cosa trágica. Es como un lento atardecer de verano. Nos despedimos sin habernos tocado. Al día siguiente no fui. EL otro tampoco habrá ido.
He cavilado mucho sobre este encuentro, que no he contado a nadie. Creo haber descubierto la clave. El encuentro fue real, pero el otro conversó conmigo en un sueño y fue así que pudo olvidarme; yo conversé con él en la vigilia y todavía me atormenta el encuentro.
El otro me soñó, pero no me soñó rigurosamente. Soñó, ahora lo entiendo, la imposible fecha en el dólar.

(ESTE TEXTO ME LO RECOMENDO MI AMIGA NATALI LA TARDE DE AYER, AUNQUE ANTES YA ME HABIA HABLADO DE EL)

martes, 2 de marzo de 2010

Grito de Revolucion (de CONTRAGOLPE)

Como para que el blog sea bien perpendicular no solo voy a trasmitir la idea de revolucion desde mis escritos sino tambien desde la musica, las personas, los lugares, ect. Por eso todos los martes voy a dejarles una cancion, pero quiero leer sus comentarios, sus opiniones y sugerencias. Para la cancion de hoy, despues de muchas idas y vueltas, elegi "grito de revolucion" de CONTRAGOLPE, banda local que vine sonando ya hace un tiempo. Encontre el video en un cd que me compre una vez en la quinta rock porque tenia $10 y no sabia en que gastarlos, je. Se los dejo para que lo escuchen y dejen sus opiniones, un abrazo para todos.

lunes, 1 de marzo de 2010

La Revolucion Perpendicular

Mi nombre es Nahuel Pavicich, soy nieto de un anarquista yugoslavo que escapo de la persecucion politica del comunismo de aquel pais. Desarrollo desde hace un tiempo el concepto "revolucion perpendicular". A decir verdad no es la gran cosa, ya que no tiene el desarrollo suficiente. Ademas de dos textos (que transcribire a continuacion). El principal sustento esta en los que luchan todos los dias por un mundo mejor, dejando de lado el sectarismo.

"El Camino Perpendicular"
El perpendicular es un camino olvidado que atraviesa las distintas realidades que hay en este mundo, el perpendicular lleva a los paraisos escondidos y a los infiernos ignorados. Los "invisibles" son quienes habitan al costado del perpendicular, ellos caminan por los lugares mas frecuentados de los que viven el mundo "real"... pero sin embargo este mundo "real/civilizado" menosprecia a los invisibles, algunos por maldad, muchos por ignorancia... lo que sucede es que los que quedan fuera de ese mundo "civilizado" son invisibles, para algunos no existen... los invisibles mas valientes se animan a luchar para cambiar el mundo "real". Cuando esto ocurre los poderosos convencen a los ignorantes de que ahi que temer y exterminar a estos invisibles que quieren ser vistos. Muchas veces sucede tambien que los invisibles no se ven ni entre ellos, no se reconocen como parte de un todo que debe luchar en conjunto para lograr ser vistos, entonces caen en el sectarismo que destruye las posibilidades de cambiar la realidad de todos.
 HAY VARIAS REALIDADES EN ESTE MUNDO, REALIDADES QUE SE NIEGAN, SE IGNORAN, SE TEMEN, SE EXPLOTAN, ESTAS REALIDADES PARALELAS DEBERIAN CONFLUIR EN UNA MEJOR PARA TODOS. Costruir esta realidad entre todos seria muy bueno, pero para eso hay que encontrar puntos en comun entre los que tenemos ese deseo y empezar a construir, tenemos que empezar a vernos entre nosotros, a comprendernos, a escucharnos. Entonces entenderemos que la lucha es un sola que no podemos construir nada si no vemos a los demas. Para eso hay que recorrer el perpendicular. Por eso recorro el perpendicular. LO PARALELO ES INVISIBLE, SE HACE VISIBLE EN LO PERPENDICULAR.

Nahuel Pavicich
"La revolucion perpendicular"
"Hay algo bueno en cada ser" en esta conviccion se  basa la revolucion perpendicular.
¿Por que Revolucion Perpendicular? se preguntaran ustedes, segun yo entiendo Revolucion es la lucha para conseguir un cambio profundo en la sociedad, ese cambio significa la desaparicion de un sistema anterior al que se acusa como "opresor" y/o como "atrasado", terminada la revolucion se instaura un nuevo orden y (pasado un tiempo) el ciclo vuelve a cumplirse. Esto sucede fundamentalmente porque las respuestas que una persona, o un grupo reducido de personas, encuentra para resolver un problema no va a ser nunca igual, la respuesta tiene que variar dependiendo de las personas, del tiempo y de otras condiciones (de las cuales hablare en otra oportunidad). Sobran en la historia los ejemplos para justificar mis palabras, pero entonces, ¿como superar este obstaculo?. Venia haciendome hace un tiempo esta pregunta y la otra noche tuve un sueño en el que creo haber visto concretada una respuesta: "Me parecio encontrarme en un gran parque, con mucho verde, con arboles bien altos, camine por alli y vi un pequeño muro de piedras, detras del cual se elevaba una colina y encima de la colina una casa de rasgos coloniales, segui mi camino y vi un escenario una banda de rock y gente disfrutando del mini show, volvi entonces mi vista a la gente que habia a mi alrededor, estaban en pequeños grupos, algunos en el piso, otros en sillas, algunos compartiendo mates, algunos riendo otros discutiendo, entonces segui caminando y entre a un tinglado justo antes de despertar". Durante el sueño camine en perpendicular y encontre gente disfrutando de distintas cosas, en caminos paralelos que suelen no cruzarse, a veces tenemos miedo a los que van en paralelo, creemos que tenemos que competir con ellos, pero esto no es asi, es un error esa frase que dice: "si es bueno para mi es malo para vos", en el sueño la gente compartia el espacio pacificamente, lo viejo convivia con lo nuevo y en ambas cosas vi belleza, la gente buscaba soluciones en pequeños grupos, si las soluciones no engendran muerte son aceptables, todas ellas, en todo lo que para vos es bueno hay belleza y hay verdad. Lo bueno, lo bello y lo verdadero son la misma cosa, encerrarse en respuestas parciales nos mata, por eso tenemos que salir a caminar en Perpendicular, a buscarlos a todos, a aprender de todos. Se que tal vez no dije nada nuevo, se que muchos estaran de acuerdo y se que no soy un "iluminado" que alla dado con la respuesta definitiva. Pero tambien tengo la firme conviccion de que el camino que propongo para cambiar el mundo es abarcador de las formas de lucha que hoy conocemos. El camino es la Revolucion Perpendicular y consiste en LUCHAR POR EL SOCIALISMO ESQUIVANDO LOS CHARCOS DEL SECTARISMO Y EL DESALIENTO.
Nahuel Pavicich.