lunes, 26 de septiembre de 2011

Aflojá, Omix, aflojá, que deschavás a “la Tendencia (¿progre?) kirchnerista”

El blog Omixmoron está enojado porque hoy Horacio Verbitsky “explica” que hay en la provincia de Río Negro un “kirchnerista” que, “cosa extraña”, ya militaba en la CNU, fue menemista y luego duhaldista –titular de la SIDE cuando ocurrió la masacre de Avellaneda donde asesinaron a Koseki y Santillán-; nada menos que candidato a gobernador (recién electo) por Río Negro: Carlos “el gringo” Soria, quien departió amablemente en los ‘90… con el criminal nazi Erich Priebke. Hoy, a Soria lo apoyó Randazzo y ya habló por teléfono con CFK: el martes incluso se reunirán (total, si Cristina siguió como si nada con Insfrán luego de la masacre a los Qom, por qué no va a hacerlo con Soria…).
Volviendo: ahí nomás Omix, luego de leer la nota de Página/K, le dice a Verbitsky: “vocero del lobby de DDHH, grupo de presión que otrora permutaba prestigio a un gobierno que había asumido con un magro 22% […] a cambio de apoyatura en sus políticas”. Y agrega, indignado, una nota del mismo Perro, de 2003, que dice “Algunos partidarios de Kirchner evocan que fue perejil de la Juventud Peronista, como si los alineamientos de treinta años atrás pudieran decir algo significativo sobre el presente. Prefieren no recordar el rol decisivo que tuvo en la década pasada para asegurar la privatización de YPF, cuando fletó el avión de la gobernación santacruceña para asegurar que uno de sus diputados, que por un accidente tenía una pierna enyesada, llegara a tiempo a la sesión decisiva. Con las regalías atrasadas percibidas efectuó colocaciones financieras en el exterior, lo cual prueba que no se quedó en el 70. Sus simpatizantes tampoco mencionan el lobby sobre el gobierno nacional que Kirchner encabezó hace un año. Secundado por los gobernadores de Neuquén, Jorge Sobisch; de Mendoza, Roberto Iglesias, y de Chubut, José Luis Lizurume, fue el vocero de Repsol contra las retenciones a las exportaciones de hidrocarburos decididas en aplicación de la ley de emergencia económica.”
Es obvio lo que ocurrió: peronistas varios y kirchneristas saltaron al toque. “gorra tachuelista”, “no te lanatices”, “persona que se considera “compañero” de Claudia Rucci”, fueron algunas de las cositas que le dijeron. ¿Y qué respondió Omix? Que el Perro acusa a NK de lobbysta de las petroleras”… y él le dice al primero “lobista de los DDHH”…
Como se ve, la peronósfera está que arde , y es parte del debate donde, por izquierda, los troskos golpeamos al kirchnerismo… y gente como Omix les da por derecha. Acá se puede ver el recomendadísimo debate entre nuestros compañeros Fernando Rosso y Juan dal Maso con Artemio López y Manolo Barge. (Luego hubo una “respuesta” muy floja, más que pobre, de AL, y un post más de Fernando.)
¿Qué es lo que está en discusión? La película, más que la foto. Asegurada –salvo algún inesperado-imponderable- la reelección de CFK, por el 50% de los votos (o más) en las presidenciales de octubre, resta ver “lo que se viene” en materia económica, política, y de gobierno… O sea: el poder formal y el poder real.
Los kirchneristas –como el mismo Verbitsky, que la semana pasada pregunta “¿hubo o no una profunda renovación política en los diez años vertiginosos que van desde la crisis de 2001?”, y dice que sí-, por un lado, buscan mantener la ficción progresista del cristinismo. De ahí la angustiosa pregunta (“progre”) acerca de HV sobre “cuáles son los límites de lo tolerable para el kirchnerismo”; y dice: “la proximidad con Soria marca un serio déficit cualitativo. El candidato, y actual intendente de General Roca, es uno de los personajes más oscuros de la larga década menemista-duhaldista y pesan sobre él cargos éticos y políticos ilevantables. También tiene pendiente una gravísima causa en los tribunales”. Otros (AbelF, ManoloB), más crudos, aceptan –mal o bien- la coalición de “los progres” con el tradicional aparato pejotista (y de ahí que no les interese –o no quieran recordar- que NK fue tan lobbysta de la imperialista Repsol como menemista…). Y nosotros, la izquierda, decimos: efectivamente, el cristinismo, como “fase superior del kirchnerismo” (como dice Fernando) está mostrando quién (y cómo) gobierna: con las barones del conurbano y gobernadores (Ishii, Curto, Insfrán…), con la burocracia sindical (Moyano y demás “gordos”, un sector de la CTA) y con las policías y el resto del aparato represivo (militar, SIDE, etc.).
Los hechos del Indoamericano, el asesinato de Mariano Ferreyra, la desaparición de Julio López, los cientos de casos de gatillo fácil, el ataque a los “sin techo” en Libertador (Jujuy) por parte de la policía provincial, ordenada por un juez (y avalada –por acción u omisión, no importa-) por el intendente y gobernador kirchneristas.
A las decenas de intervenciones públicas de CFK, ante la burocracia sindical y el empresariado, contra la acción directa, la lucha y reclamos obreros, hay que sumar –como una muestra más de lo que es “profundizar el modelo”- el reciente accionar de la patota de la burocracia sindical y la empresa contra la dura huelga de choferes de la línea 60 de colectivos (parte del “sindicalismo de base”). Con armas de fuego y cuchillos quisieron levantar el paro, atacaron a los huelguistas pero fracasaron. Esta vez la unidad y combatividad obrera pudieron mantener la lucha.
En definitiva, lo que decimos es que, tras la fachada progre, el cristinismo oculta (cada vez menos) el verdadero poder del peronismo: el que ejerce por medio del aparato sindical y territorial, y que ya gobernaba en los ‘70 así, con mafias contrarrevolucionarias y a los tiros (y no olvidemos que fue el mismo Perón quien creó un “somatén”argentino), contra los trabajadores y el pueblo.
Entonces, las discusiones acerca de la “hegemonía” (la combinación de coerción y consenso –a lo que hay que agregar, para sofisticar/mejorar el análisis, los elementos de coacción económica y de corrupción fraude, como se ha discutido en nuestros blogs-), el bonapartismo y el “cesarismo” –al calor la crisis económica internacional- nos llevan a definir, como dice la editorial de La Verdad Obrera, que “El cristinismo a través del manejo férreo y discrecional de los recursos públicos se ha garantizado el apoyo y la ‘lealtad’ de este aparato e intenta utilizarlo no sólo como instrumento para ganar las elecciones sino como fuerza de contención y disciplinamiento de la clase trabajadora y el pueblo pobre, y para atacar a los sectores de vanguardia. El manejo clientelar por los punteros de la Asignación Universal por Hijo y de la asistencia social, el sostén de la burocracia sindical mediante el reparto de los recursos millonarios de las obras sociales y la negativa a reconocer a los dirigentes y a las organizaciones de base legítimas de los trabajadores son las formas con las cuales el peronismo, bajo conducción cristinista, cumple su función de retén de los explotados y garantes del orden social capitalista.”
Contra estas “policías” de las patronales, los trabajadores y la juventud combativa tendremos que luchar.

Fuente: El Diablo se llama Trotsky - http://eldiablosellama.wordpress.com/

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